Sobre los últimos hechos de la frontera colombo venezolana - Pacto Histórico Internacional (Venezuela)

sábado, 10 de abril de 2021

Sobre los últimos hechos de la frontera colombo venezolana


Desde el 21 de marzo de 2021 hasta la fecha de publicación de este artículo,​ en el Estado Apure en Venezuela, frontera con el departamento de Arauca en el centro oriente de Colombia, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, de Venezuela, FANB desarrolla una serie de operativos militares como respuesta a diversos ataques a unidades e infraestructura, provenientes de un grupo armado colombiano.

La operación, Escudo Bolivariano del Ejército de Venezuela ha reportado, en voz del ministro G/J Vladimir Padrino López, combates, el desmantelamiento de nueve campamentos, uno de ellos empleado para el procesamiento de la cocaína, el decomiso de armas, explosivos y otro material de guerra, 31 detenidos y 9 muertos. Por su parte, van 8 soldados venezolanos caídos en emboscadas, combates y la detonación de minas antipersonales.

Al comenzar los operativos, que surgen intempestivamente como respuesta a los ataques del grupo irregular, habitantes de las zonas en que se han dado los enfrentamientos, se desplazaron hasta el poblado de Arauquita en territorio colombiano; muchos de esos habitantes han padecido la guerra en Colombia y son población binacional, como la mayoría de las personas que residen en las inmediaciones de uno y otro lado de la frontera.

Con el acompañamiento de Defensoría, Fiscalía, mandos militares y el gobernador de Apure, se ha iniciado un proceso paulatino de retorno de dichos desplazados y desplazadas y, de atención de las denuncias, pues en las redes comenzaron a circular mensajes sobre detenciones arbitrarias y otros desmanes cometidos por el ejército venezolano durante el operativo. Poco a poco se ha ido desmintiendo, dicha matriz, ampliada por la ONG de derecha, Fundaredes y medios informativos colombianos haciendo eco de funcionarios del gobierno de Duque.

El ministro de defensa de Colombia Diego Molano, declaró al diario El Tiempo, que las FANB están atacando a un sector de la disidencia de las FARC, el del frente 10 de Gentil Duarte, con el objetivo de someterle al mando de la disidencia de las FARC de Iván Márquez, para así, seguir con el negocio del tráfico de drogas en Venezuela y expandirse nuevamente hacía Colombia.

Si bien el Presidente Maduro ha admitido que el grupo irregular colombiano puede ser alguna de las llamadas disidencias de las FARC el gobierno venezolano ha enfatizado en catalogarlas, dadas las acciones, como narcotraficantes y terroristas que actúan en alianza con el gobierno colombiano. Vladimir Padrino ha puesto en su cuenta Twitter: “El Estado colombiano y su oligarquía son una sociedad de cómplices que se benefician del narcotráfico, apoyados financiera y logísticamente por la CIA, la DEA y el Comando Sur. Se equivocan si pretenden proyectar su guerra e instalarse en territorio venezolano para sus fines ¡NO!”

No sería la primera vez que la élite gobernante de Colombia se viera involucrada en operaciones de asedio y ataque a la soberanía de La República Bolivariana de Venezuela. Recuérdese la presencia de dos embarcaciones de la Fuerza Naval Colombiana en aguas venezolanas durante la operación Gedeón el año pasado; las reuniones de Iván Duque con Juan Guaidó, el presidente autoproclamado de Venezuela y funcionarios de alto nivel de los Estados Unidos; el entrenamiento militar dirigido por tropa estadounidense en zonas de frontera, por mencionar lo menos.

Históricamente la clase gobernante de Colombia ha puesto el territorio, la soberanía, la vida y bienestar de la ciudadanía de su país al servicio de los intereses estadounidenses; que para el caso descansan en la seguridad energética que les puede proporcionar Venezuela, la principal reserva petrolera del mundo; para lo que buscan por todas las vías, la instalación de un régimen afín a dichos intereses: Esto se traduce en el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro Moros, elegido primer mandatario en un proceso de amplísima participación.

Así pues, los hechos de Apure responden a la conspiración sin mengua contra Venezuela de parte de esas oligarquías subordinadas a las élites estadounidenses y al Comando Sur para los que la lucha antiterrorista; contra el tráfico de drogas; el llamado crimen transnacional y la migración entendida como agente de criminalidad, son en realidad excusas para generar planes de corte intervencionista que sirven para pescar en río revuelto, mientras a través de los medios de desinformación generan consenso alrededor de sus justificaciones.

Generando un conflicto en una zona fronteriza, cuya población es en buena medida binacional, buscan trasladar a Venezuela ese libreto con el que atizaron la guerra en Colombia en las últimas 4 décadas y hacer trizas el Acuerdo de Paz firmado en la Habana entre la insurgencia de las FARC EP hoy partido Comunes y el Estado Colombiano.

Una guerra entre Colombia y Venezuela es la excusa perfecta para minar los logros sociales del proceso bolivariano y recuperar el poder político; para continuar el saboteo sistemático del Acuerdo de Paz en Colombia que hoy por hoy, aunque le pretenden fracasado es el que destapa la olla podrida de más de 6 mil falsos positivos, jóvenes asesinados y pasados como guerrilleros. Una guerra de esas características les sirve para ocultar o distraer sobre el desastre de la administración de Duque que tiene hoy a buena parte de su población en la pobreza y el desamparo; y para frenar el Pacto Histórico de la izquierda con grandes posibilidades en la contienda electoral del año próximo.

Afortunadamente Venezuela no ha caído en la trampa y ha llamado a la paz de las fronteras. El canciller de Venezuela Jorge Arreaza ha solicitado al secretario General de la ONU para intermediar con Colombia y establecer un canal de comunicación permanente y directo que permita resolver los problemas relativos a los 2.219 km2 de frontera compartida. De igual modo Cancillería solicita al Consejo de seguridad de la ONU, investigar sobre los grupos armados colombianos que impactan en territorio venezolano, con el objeto de lograr que las naciones convivan en paz. También manifiestan la intención de solicitar intervención de la CELAC, para lograr el objetivo planteado en 2014 sobre convertir a Latinoamérica en territorio de paz.

Por su parte, el presidente del Partido Comunes, Timoleón Jiménez, quien también ha sido salpicado por las mentiras de Fundaredes y la prensa colombiana, ha solicitado al presidente Iván Duque reestablecer las relaciones con Venezuela y avanzar en la implementación del Acuerdo de Paz, “porque, quiérase o no, - le dice Jiménez a Duque, su gobierno es responsable -por acción u omisión- de la ola de violencia que vive el país y el recrudecimiento del conflicto”.

escrito por Andrea Beltrán del PHVz para el medio alternativo griego EPOHI

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